6 de diciembre de 2015

LA FE EN NAVIDAD


Por: Kv Designs


Las personas a diario, por cuestiones del destino, viven en constante estrés debido a las pruebas por las que deben pasar en la vida.


Es tanto lo que estresa a las personas que llega un momento que sienten que su fe se acabara, por lo tanto se preguntan, ¿hasta dónde llegara su fe y si podrán mantenerla firme sin desfallecer?  Solo nosotros podemos responder a esa interrogante y seguir adelante sin importar las pruebas que encontremos en el camino. 


        Definiremos la fe como esa fuerza positiva que nos hace confiar en algo o en alguien y que nos motiva e impulsa a luchar por alcanzar la felicidad.



         Las personas con mucha fe siguen adelante, a pesar de las adversidades y de sus limitaciones, y ayudan a otros con sus buenas obras; superan con mayor facilidad los obstáculos que encuentran en su vida, pues hallan el motivo para salir adelante, con la confianza puesta en Dios; están convencidos que todo mejorará para ellos y para quienes les rodean.


        La fe tiene que ver más con la confianza, tanto entre dos personas como también entre una persona y sus creencias. 
 

Cada año en diciembre, con la celebración de las fiestas navideñas, recordamos el nacimiento de Jesús; un hecho histórico, marcado por la fe a Dios, que renueva nuestras fuerzas para superar cualquier adversidad por la que pasemos.



         La fe no es más que la capacidad que tenemos todos los seres humanos de creer, de dar vida a diversos sentimientos y sobretodo valores, pero sin tocarlos. Estos son los elementos que nos sostienen como seres humanos, porque le dan sentido a nuestras vidas.



Muchas veces nos hemos preguntado, ¿qué sería de nuestras vidas, sino podemos confiar en los demás? o ¿si seremos realmente capaces de transformar el mundo?, sin embargo la fe y la confianza nos impulsan a seguir adelante y a creer que si podemos hacerlo.


          La fe reafirma, en los seres humanos, la capacidad de poder rehacer los lazos de confianza en sí mismos, de forma tal que podamos levantarnos, con nuevas fuerzas, ante cualquier problema o sueño que parece inalcanzable.


         

Solo con la fe y la confianza en Dios, y en nosotros mismos, llegamos a la conclusión de si en verdad creemos que podemos realizar nuestros sueños; estaremos seguros que nada es imposible porque la fe mueve montañas.

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